Las runas son perfectas (aunque poco usadas) para la adivinación. Tienen que ser preferentemente elaboradas con codols o piedras de río, y NUNCA en barro, material que era considerado por los antiguos pueblos celtas y germánicos como innoble, y útil solamente para la construcción de viviendas y utensilios de cocina. Además, las runas de piedra de río no se rompen. Estas vienen con bolsa de ante
Antes de empezar hemos de tener claro que, a la hora de consultar las runas, debemos tener bien presentes dos consideraciones:
Primero: Saber exactamente qué es lo que deseamos saber, o lo que es lo mismo, cuál es la pregunta que vamos a realizar.
Segundo: Hacer la pregunta deseada, de una forma clara, sencilla y concisa, como por ejemplo: ¿Este trabajo que voy a empezar será positivo y duradero? o ¿este hombres ( o mujer) es idóneo para mí, y me hará feliz?
Son estos, dos meros ejemplos de cómo deben de hacerse las preguntas. Sin alargamientos innecesarios, ya que además tenemos la oportunidad de preguntar tantas veces como queramos a nuestro oráculo rúnico, pero NUNCA repitiendo la misma pregunta el mismo día. Es interesante mantener las runas metidas en una bolsa, mejor negra y de ante o tela, y extraer la runa a consultar con la mano derecha, mientras sujetamos el saquito o bolsa con la izquierda. Cuando se haya escogido con la mano la runa concreta, deberemos dejarla caer suavemente sobre una mesa ( como si se tratara de un dado), preferentemente sobre un mantel o esterilla, y veremos que puede quedar de formas distintas. Aunque las runas se pueden consultar en cualquier momento, el tiempo más idóneo para ello es la noche y principalmente las de luna llena.